Ya por la tarde abrió de nuevo la Carpina de los Guajes con todo tipo de talleres manuales. Sin embargo, los más aguerridos optaron por al pasacalles medieval recreado por el colectivo La Mustadiella, aunque eso sí, hubo desertores en mitad de la faena. No es para menos, un demonio de casi tres metros de alto avanzaba entre las gentes por el casco viejo de la villa, flanqueado por una horripilante bruja y el temible Busgosu.
jueves, 20 de diciembre de 2007
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